Las artes plásticas y escénicas, unidas en una noche muy especial

Museo del Prado y Reina Sofía, grandes protagonistas de la segunda edición de la Noche de los Teatros

Una de las novedades más destacables de la segunda edición de La Noche de los Teatros ha sido la incorporación de las artes plásticas a las escénicas, lo que ha dado lugar a una original fusión. El Museo del Prado y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía han sido dos de los grandes protagonistas, junto a otras instituciones como el Caixa Fórum y la Casa de América.

El Museo del Prado acogió la representación de una obra dramatizada por José Ramón Fernández y dirigida por Fernando Soto, que hizo un recorrido por la pintura del siglo XIX a través de grandes textos de autores clásicos como Espronceda, Zorrilla, Galdós o Azorín.

Por su parte, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía permaneció abierto, de manera excepcional, entre las 21:00 y las 00:00h, para que todo el público que quisiera pudiera visitar, de forma gratuita, la exposición de la Colección del Museo Nacional Picasso París.

Otros espacios de creación innovadora se unieron también a esta cita, por medio de performances, música o poesía. Casa de América ofreció su espectáculo, Agua de Lluvia, sobre la reciente historia de América Latina. Por otro lado, uno de los escaparates de la FNAC fue escenario del estreno del montaje Gos-Com-Fuig, de Nico Baixas.

Programas educativos como Trasmúsica, organizado por la Comunidad de Madrid, y CaixaEscena, de la Obra Social de la Caixa, también participaron ayer en la Noche de los Teatros, en el Centro Cultural Paco Rabal Palomeras-Bajas y en el recién extrenado Caixa Fórum, respectivamente.

No sólo las artes plásticas, sino también la danza, la música y el cine se unieron ayer al teatro. Los estudiantes del Conservatorio Nacional de Danza hicieron su homenaje particular en el Ateneo de Madrid. El Círculo de Bellas Artes apostó por la música en directo, con la conferencia De milagros y maravillas en la Sala de Columnas. La Casa Encendida proyectó Vania en la calle 42, la conocida película de Louis Malle. Todo ello fue, sin duda, un gran homenaje a las artes escénicas y una manera de atraer al público hacia el teatro y las artes en general.

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